Archive for agosto 2010

VOLUNTARIADO EN EL CONGO

 

Nines Ochoa (de Pamplona) y David (de Barcelona) han estado el mes de julio en Kolokoso (un pueblo en el interior del Congo). A su vuelta era emocionante escuchar a Nines la experiencia vivida. El trabajo principal lo hicieron con los niños. Aunque algunos no sabían francés, que era la lengua con la que se podían comunicar – pues ellos hablan en kikongo -, a todo lo que ellos les decían respondían con oui, oui. Cuando nos pase el escrito lo publicaremos en el blog.

La semana pasada nos juntamos en Vitoria con Teo (una Carmelita Vedruna que lleva allí varios años y estaba aquí de vacaciones). Fue un encuentro muy bonito en el que, sobre todo ellas dos, pudieron compartir y hablar de lo que Teo conoce y Nines había conocido.

Una experiencia inolvidable que en algun momento nos contará.

CRISTINA Y EDURNE EN CEUTA

¡¡¡¡ Hola a todos !!!!

¿Qué tal os va el veranico?  yo estoy  en Ceuta y Marruecos en el campo de trabajo / voluntariado de las Vedruna de aquí.  Está resultando una experiencia muy
chula también aunque muy distinta a la de Añisok, porque en Guinea, dentro de su pobreza, eran felices por estar en su país con su familia y su gente, pero estos pobres inmigrantes que consiguen llegar a duras penas y sufriendo muchísimo a territorio español, tienen detrás unas historias que te encogen el alma.
Vienen de todos los rincones de África y Asia empeñando todos los ahorros de su familia y de toda una vida.  Dejan atrás familia, amigos, trabajo… y pagan entre 15.000 y 20.000 euros a las mafias que les prometen un paraíso.  Ese paraíso consiste en un viaje muy largo (3 meses) hacia la «tierra prometida» lleno de peligros, hambre, frío, sed, violencia, maltrato… para terminar lanzándose al mar en una patera, o saltar una valla de 6 m. llena de pinchos y perros rabiosos, o meterse en los bajos de algún camión que va a cruzar la frontera. Les roban la documentación, dinero, pasaportes y los abandonan a su suerte.
Ayer llegó en una patera llena de hombres,  una niña preciosa de 5 añitos, escondida, y sin sus padres (no pudieron pasar). A mí se me partió el corazón.  Casi el 70% muere en el camino, solo, sin nadie que le entierre ni le llore, lejos de su casa… y pasa a ser una cifra más que oímos en el telediario.
Esto es muy duro, chicos, y lo peor de todo, muy real. Nosotros, los voluntarios,
intentamos ser un oasis para ellos en medio de ese desierto. Les acogemos, les damos ropa, comida, una ducha, les curamos, y lo más importante, les intentamos brindar una mano, les damos una caricia, una sonrisa, un beso, un abrazo… que les ayude a sentirse menos solos.
Hacemos muchas actividades con ellos (clases de español guitarra, baile, cultura española, natación, deporte, cine…) pero no es fácil, porque todos están psicológicamente hundidos y nos cuesta sacarles de ese estado mental y que disfruten del momento. Yo pongo todo mi empeño, pero supongo que cuando tienes a tus hijos y a tu mujer muriéndose de
hambre en tu país, te han estafado, robado y pegado, no te tienen que quedar ganas de jugar o bailar. El otro día dormimos con los indios en su campamento del bosque, sin agua, sin luz… un poco de cague pero bien. Ya os contaré todo cuando vuelva.

Un beso gordo, gordo,    Cristina Alonso