Archive for octubre 2015

DOMUND 2015

2015-10-21_0754

Este domingo pasado la Iglesia universal celebró el día del Domund. Me invitaron a hablar en una parroquia de Vitoria y quiero compartir en nuestra web lo que allí dije porque queremos que la voz de los refugiados se oiga:

 «Lo primero que me sale deciros es que yo añadiría hoy a esta campaña unas palabritas y diría «misionera de la misericordia y de la indignación». En realidad se trata de lo mismo ya que la misericordia, o sea, el corazón que sufre con los que sufren, que ama a fondo, también se indigna y es lo que me ha ocurrido a mí desde que he vuelto aquí este verano.

En el Chad vivía en una casa rodeada de concertinas, esas alambradas que pinchan, y me costó hacerme a ellas. Me sonaba a cárcel, pero había que aceptar las medidas de seguridad que nos imponían y terminé aceptándolas. De vuelta a Europa, he vuelto a ver muchas concertinas, km y km de alambradas entre los países, he visto en la TV a miles de refugiados dar rodeos, inventar nuevas rutas, caminar hasta la extenuación sólo porque quieren vivir. Tal vez sea este el anhelo más radical que habita a toda persona humana, el de querer vivir, aunque para ello haya que arriesgar la vida y morir en el empeño. Me indigna que nuestros países de Europa se vistan de cárcel y no de hogar amable, misericordioso, que acoge a quien huye de bombas y de la atrocidad. Esta concertinas no las aceptaré nunca.

Ser misionera de la misericordia en Chad, en medio de una población totalmente musulmana, significó sentarme con ellos en el suelo y tomar un té, a sorbos pequeñitos, haciendo mucho ruido para demostrar que me gusta ese té, y esperar respetuosamente a que terminen sus oraciones, mirando siempre a la Meca, hacia donde sale el sol.

Significó «acompañar» a hermanos y hermanas muy heridos, que habían salido de su tierra con lo puesto, trayendo con ellos y arrastrando desde ya hace 12 años, recuerdos indelebles de violencia, de despojo, de rabia y también de indignación.

Ser misionera en Chad significó «servir» a nuestros hermanos a través de la educación. Los refugiados decían que una de las cosas que habían ganado al salir de su país era la posibilidad de ir a la escuela y de abrir horizontes nuevos a través de la cultura. Sólo que cuando llegan al nivel de la universidad tienen que aceptar la evidencia: allí no hay futuro para ellos. Generaciones enteras sin futuro…  así se entiende que se tiren al mar por si llegan a mejor puerto.

Ser misionera en Chad significó «defender» su causa, y no aprovecharnos de su pobreza para mantener privilegios de organizaciones internacionales y hasta de ONGs que también pueden vivir sacando tajada del mal ajeno. Defender sobre todo a las mujeres, cubiertas de pies a cabeza, sin muchas posibilidades para hablar y decidir, pero con el orgullo y la fiereza en la mirada de quien hace todo para dar la vida por sus hijos.

He sido dos años misionera en un contexto en el que no he podido decir ni una palabra de Jesús, y sin embargo sé que, siendo las palabras tan necesarias, no son imprescindibles. Los gestos también hablan y éstos sí que son imprescindibles. Me gusta mucho repetirme un dicho que aprendí hace años: «Pequeños gestos mantienen vivas grandes opciones».

Ojalá nuestra Iglesia invente gestos, imagine escenarios nuevos en los que las concertinas no sean necesarias. Ojalá cada uno de nosotros descubramos el gesto que podemos hacer para que la misericordia, la compasión (sufrir con) gane terreno y nuestra casa común, la tierra, deje de ser cárcel con alambradas o hervidero de bombas para unos y hogar rico, calentito, hermético y ajeno al dolor de sus hermanos, para otros.

Todos y todas estamos invitados a ser misioneros de la misericordia y desde todas las realidades podemos serlo. Os animo a ello.»

Teo

ERRADICACIÓN DE LA POBREZA

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ÚNETE  A  LAS  ACTIVIDADES, 12:30  PLAZA  DEL  AYUNTAMIENTO
 
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«La campaña destinada a hacer de la pobreza historia – un desafío moral básico de nuestra época – no puede ser tarea de unos pocos, debe congregar a la mayoría. Con ocasión de este Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, exhorto a todos a que se sumen a la lucha. Juntos podemos realizar progresos reales y suficientes para acabar con la pobreza.»
Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan