HAMBRE EN SOMALIA

Acabo de leer en el periódico algo que me ha parecido interesante para publicarlo. Es un breve artículo de opinión de María Jesús Castillejo, periodista y máster en Educación para el Desarrollo. Dice así:

LA VERGÜENZA DEL HAMBRE EN EL SIGLO XXI

          Lo que está ocurriendo en el Cuerno de África, donde una grave hambruna amenaza a diez millones de personas, es una vergüenza para el mundo.Que en pleno siglo XXI siga muriendo gente, incluidos niños, por falta de algo tan básico como el alimento, es intolerable. Pero más vergonzoso todavía es que el mundo rico mire para otro lado. ¿Cómo podemos levantarnos cada mañana y seguir hablando sobre si llevar corbatas o no en verano, mientras no muy lejos miles de personas agonizan lentamente? ¿Vamos a quedarnos impasibles? Ni siquiera es ya admisible la lástima o la compasión. Es la hora de reclamar justicia y derechos. El hambre, como muy bien dice Mary Robinson, ex alta comisionada de la ONU, es un «escándalo», una violación de los derechos humanos. Permanecer sin hacer nada -gobiernos, sociedades y ciudadanos-, es tan violento como un atentado, es un genocidio silencioso. Más, si tomamos conciencia de que esta hambruna, como tantas otras, no es casual. ONGD como Intermón o Acción contra el Hambre, denuncian que,  a la sequía natural (habría que ver la influencia del cambio climático), se unen otros factores en los que todos estamos implicados, como la crisis, la especulación financiera, la pobreza histórica aún sin erradicar en tantos países, el aumento del precio de los alimentos y el predominio de otros intereses( económicos, estratégicos, etc) sobre derechos humanos tan básicos como el de una alimentación suficiente.

             Para colmo, nuestros gobiernos se dedican a meter la tijera en la Ayuda al Desarrollo, recortes innecesarios y populistas que agravan aún más, si cabe, la situación de 3.500 millones de personas, la mitad del Planeta, que viven en la pobreza a diario. No vale tampoco con decir que aquí también estamos en crisis. Hay mucha gente pasándolo mal, sí. Pero nadie se muere, literalmente, por falta de comida y agua. Y en Somalia, sí. ¿CUÁNTOS TENDRÁN QUE MORIR ESTA VEZ para que haya una respuesta humanitaria  amplia y rápida frente al hambre, y más adelante, políticas responsables y eficaces contra la pobreza…?

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